miércoles, 28 de octubre de 2015

Plaza Cibeles

La plaza de Cibeles se encuentra en la ciudad española de Madrid, en la intersección de la calle de Alcalá (que la cruza de oeste a este) con el paseo de Recoletos (al norte) y el paseo del Prado (al sur). Este lugar, uno de los más simbólicos de la capital, divide los límites de los distritos Centro, Retiro y Salamanca.

 En el centro del recinto, se sitúa la célebre fuente de Cibeles, esculpida en el año 1782, a partir de un diseño de Ventura Rodríguez. Cada una de las cuatro esquinas de la plaza está presidida por edificios emblemáticos, construidos entre finales del siglo XVIII y principios del XX.

 El Palacio de Buenavista o Cuartel General del Ejército, que data de 1777, es el más antiguo de todos ellos. Se ubica en el ángulo noroccidental, enfrentado al Palacio de Linares o Casa de América, que se alza sobre el nororiental. Por su parte, el Palacio de Comunicaciones, sede de la Alcaldía de Madrid desde el año 2007, se extiende sobre el extremo sureste y el Banco de España sobre el suroeste.
 Con los años, el Palacio de Cibeles y la fuente se han convertido en el monumento símbolo de la ciudad.



Fuente de Cibeles

La fuente de Cibeles fue diseñada por el arquitecto Ventura Rodríguez, dentro del proyecto del Salón del Prado. Su ejecución correspondió a los escultores Francisco Gutiérrez Arribas, quien se encargó de la figura de la diosa y del carro, y Roberto de Michel, autor de los leones. También colaboró en la obra el adornista Miguel Jiménez.
 Desde su inauguración en 1782 hasta su traslado al centro de la plaza en 1895, la fuente cumplía una función de abastecimiento de agua a los ciudadanos. Con su nueva ubicación, perdió este uso y se convirtió en un elemento ornamental, que el Ayuntamiento de Madrid subrayó situando el monumento sobre cuatro peldaños e incorporando en la parte trasera del carro dos nuevas esculturas. Éstas representan a dos amorcillos, uno arrojando agua con un ánfora (obra de Miguel Ángel Trilles) y otro sosteniendo una caracola (su autor es Antonio Parera).

Puerta de Alcalá




La Puerta de Alcalá es uno de los monumentos más representativos de Madrid. Se encuentra en el inicio de la calle Alcalá, en la Plaza de la Independencia. La Puerta de Alcalá se inauguró en 1778 de la mano de Francisco Sabatini, arquitecto italiano que trabajó la mayor parte de su vida en España. Anteriormente existió otra Puerta de Alcalá de ladrillo, pero Carlos III ordenó su derribo y reconstrucción.

Curiosidades
- El nombre de la Puerta de Alcalá, al igual que el de la calle con el mismo nombre, vienen por estar situadas en el camino que existía para ir a Alcalá de Henares.
- La denominación de puerta tampoco es casualidad ya que, en sus orígenes, fue una de las cinco puertas que daban acceso a la Villa de Madrid. En 1889 se convirtió en plaza.

El Rastro

El Rastro es un mercado al aire libre que se celebra los domingos y festivos en el centro histórico de Madrid, en el popular barrio de la Latina. Se trata de un mercadillo con más de 400 años de historia en el que se pueden encontrar tanto objetos cotidianos como curiosos artilugios, todo ello envuelto en un ambiente de lo más animado. El mercado se sitúa en torno a la Ribera de Curtidores, una cuesta pronunciada a lo largo de la cual se extienden cientos de puestos con los objetos más variopintos a la venta, desde pela-patatas hasta muebles, películas, ropa usada o enchufes.

Un origen peculiar
La denominación del mercadillo proviene de que antiguamente la zona que ocupa El Rastro era el lugar en el que se situaban las curtidurías (sitio o taller donde se curten y trabajan las pieles), muy cerca del matadero. Durante el traslado de las reses hasta las curtidurías se dejaba un rastro de sangre que fue el que dio origen al nombre del famoso mercadillo.

El Rastro un domingo
El Rastro



Plaza Mayor Madrid



Los orígenes de la plaza se remontan al siglo XVI, cuando en la confluencia de los caminos (hoy en día calles) de Toledo y Atocha, a las afueras de la villa medieval, se celebraba en este sitio, conocido como «plaza del Arrabal», el mercado principal de la villa, construyéndose en esta época una primera casa porticada, o lonja, para regular el comercio en la plaza.

 En 1580, tras haber trasladado la corte a Madrid en 1561, Felipe II encargó el proyecto de remodelación de la plaza a Juan de Herrera, comenzándose el derribo de las «casas de manzanas» de la antigua plaza ese mismo año. La construcción del primer edificio de la nueva plaza, la Casa de la Panadería, comenzaría en 1590 a cargo de Diego Sillero, en el solar de la antigua lonja. En 1617, Felipe III, encargó la finalización de las obras a Juan Gómez de Mora, quién concluirá la plaza en 1619.

 La plaza Mayor ha sufrido tres grandes incendios en su historia, el primero de ellos en 1631, encargándose el mismo Juan Gómez de Mora de las obras de reconstrucción. El segundo de los incendios ocurrió en 1670 siendo el arquitecto Tomás Román el encargado de la reconstrucción. El último de los incendios, que arrasó un tercio de la plaza, tuvo lugar en 1790, dirigiendo las labores de extinción Sabatini. Se encargó la reconstrucción a Juan de Villanueva, que rebajó la altura del caserío que rodea la plaza de cinco a tres plantas y cerró las esquinas habilitando grandes arcadas para su acceso. Las obras de reconstrucción se prolongarían hasta 1854, continuándolas, tras la muerte de Villanueva, sus discípulos Antonio López Aguado y Custodio Moreno.

 En 1848, se colocó la estatua ecuestre de Felipe III en el centro de la plaza, obra de Juan de Bolonia y Pietro Tacca que data de 1616.

 En 1880, se restauró la Casa de la Panadería, encargándose Joaquín María de la Vega del proyecto. En 1921 se reformó el caserío, trabajo a cargo de Oriol. En 1935 se realizó otra reforma, llevada a cabo por Fernando García de Mercadal. Y en los años 60 se acometió una restauración general, que la cerró al tráfico rodado y habilitó un aparcamiento subterráneo bajo la plaza. La última de las actuaciones en la plaza Mayor, llevada a cabo en 1992, consistió en la decoración mural, obra de Carlos Franco, de la Casa de la Panadería, que representa personajes mitológicos como la diosa Cibeles.

                                                  Estatua de Felipe III




El Arco de Cuchilleros

Parque del Retiro




Con 125 hectáreas y más de 15.000 árboles, el parque de El Retiro es un remanso verde en el centro de Madrid. Especial atención merecen algunos de sus jardines: el jardín de Vivaces, los jardines de Cecilio Rodríguez (jardines clasicistas con aires andaluces), los jardines del Arquitecto Herrero Palacios, la Rosaleda (colección de rosas) y el Parterre Francés con el Ciprés Calvo, el árbol más antiguo de Madrid, del que se dice que podría tener alrededor de 400 años. No es solo uno de los pulmones de Madrid, sino que ofrece también cultura, ocio y deporte a madrileños y visitantes. Entre sus elementos arquitectónicos e históricos más importantes se encuentran: el Estanque Grande donde se puede practicar el remo, el Palacio de Velázquez y el Palacio de Cristal, ambos utilizados actualmente como salas de exposición. El Palacio de Cristal, pabellón romántico creado para dar cabida a una muestra de plantas exóticas en la Exposición de Filipinas de 1887, es uno de los principales ejemplos de la arquitectura del hierro en España. Además, El Retiro alberga esculturas y fuentes notables como son: el monumento a Alfonso XII, proyecto del arquitecto José Grasés Riera o el reservado de Fernando VII, situado en la esquina de las calles O'Donnell y Menéndez Pelayo. Este último incluye la Casa del Pescador, la Montaña Artificial y la Casa del Contrabandista (la antigua sala de fiestas Florida Park), que le confieren un aire romántico. Destacan además, la estatua de El Ángel caído; única escultura en el mundo que representa al diablo y la fuente de los Galápagos, que conmemora el nacimiento de Isabel II.

Templo de Debod

El Templo de Debod es un edificio del antiguo Egipto localizado actualmente en Madrid (España). Está situado al oeste de la Plaza de España, junto al Paseo del Pintor Rosales (Parque del Oeste), en un alto donde se encontraba el Cuartel de la Montaña (en el que se produjo un sangriento episodio de la Guerra Civil Española). Al ser trasladado a España, se situó de manera que conservase aproximadamente la misma orientación que en su lugar de origen, de este a oeste.
La construcción del templo la inició a comienzos del siglo II a. C. el rey de Meroe Adijalamani, quien dedicó una capilla a los dioses Amón e Isis. La capilla está decorada con relieves. Posteriores reyes de la dinastía ptolemaica construyeron nuevas estancias alrededor del núcleo original. Tras la anexión de Egipto al Imperio Romano, los emperadores Augusto, Tiberio y, tal vez, Adriano, culminaron la construcción y decoración del edificio.

Foto de noche:

Foto de día: